La colección de pintura del Museo Art Nouveau y Art Déco de la Casa Lis ya cuenta con una obra más al incorporarse a ella la pieza del autor Federico Beltrán Massés “Pareja de Gitanos”, creación adquirida por la institución en 2019 y entregada al museo de nuevo tras su proceso de restauración. Así, la institución continúa cumpliendo sus fines fundacionales, dado que la voluntad del mecenas Manuel Ramos Andrade cuando se creó la fundación homónima que gestiona el Museo era que su “fin primordial fuera el de mantener, reponer y ampliar la colección de arte y antigüedades”. De este modo, la Casa Lis amplía su fondo de pinturas creadas por el autor Federico Beltrán Massés al sumar esta obra de su primera etapa en Barcelona e incrementar su repertorio de artistas de época modernista. Con temática costumbrista recurrente en su trayectoria, la pieza toma como tema principal la vida cotidiana de la gente humilde.
Para el museo, esta nueva adquisición de Federico Beltrán Massés (1885-1949) posee gran importancia, ya que cubre un vacío de la colección del museo al tratarse de una obra de sus primeros años. La obra “Pareja de gitanos” está fechada hacia 1908, cuando el autor contaba con apenas 23 años. Entonces, Beltrán buscaba su estilo personal y ya se puede apreciar su pincelada y sus tonos característicos, aspectos que luego intensificará y dotará de simbolismo propio del modernismo. Así puede apreciarse en esta pintura que el Museo Casa Lis ha restaurado con el Departamento de Conservación y Restauración de Feltrero División Arte, donde se ha procedido durante este año a la restauración de algunos daños de la obra como deformaciones, correcciones sobre algunas intervenciones anteriores, el oscurecimiento del barniz o un descuadre del lienzo respecto al marco.
Federico Beltrán Massés nació en 1885 en Cuba, la última colonia española. Su familia era de ascendencia catalana. En enero de 1982 se traslada a desde Cuba a Barcelona, dónde, a pesar de los impedimentos iniciales de su familia a que se dedicase a ser artista, comienza a despuntar como tal una vez su padre hubo comprobado la vocación de su hijo le permitió en 1903 entrar en la Escuela de Bellas Artes conocida como la Llotja de Barcelona. Trágicamente, un año después, en 1904 recibe una terrible noticia del asesinato de su padre en 1904, lo que le provocó uno de los momentos más difíciles de su vida junto con grandes dificultades económicas a las que él y su madre tuvieron que hacer frente. Esta situación le provocó una gran depresión nerviosa que le constó tres años volver a la normalidad.
En esta época complicada para el artista, con tan solo 19 años realizó algunos retratos. Y en este momento, aparece el poeta Melcior de Palau quien le animó a trasladarse a Madrid una temporada. Durante su estancia en Madrid, participa en la Exposición Nacional de Madrid de 1906, presentando los retratos de Melciar Palau y su hija, que le permite al mismo tiempo asegurar su subsistencia y de su madre en Barcelona. En este mismo año participa por primera vez en Barcelona en la Exposición organizada por la Agrupación Artística en los salones del Ateneo Barcelonés exponiendo un autorretrato. Este periodo es importante para Beltrán, ya que, gracias a los compañeros artistas con los compartía habitación, conoció al gran Sorolla. Con él se produce un punto de inflexión, se inicia una gran relación que le convertirá en su alumno y les llevará pasear por diferentes lugares como el Museo del Prado o de San Antonio de la Florida para contemplar los famosos frescos de Goya y enriquecer su cultura artística.
En 1907, decidió volver a Barcelona con su madre y realizó su primera exposición individual en el Salón Parés de Barcelona. Durante esta época, realizó diferentes exposiciones: la V Exposición de Arte Internacional de Barcelona, exposición de Autorretratos de artista españoles organizada por el Circulo Artístico de Barcelona. En este momento, conoció a la viuda de Narezo, quien le mostró una gran admiración y le invitó a pasar el verano de 1908 en su casa de los Picos de Europa. Allí se inspiró en los personajes rudos del entorno así como de la naturaleza abrupta. Gracias a esta serie de obras realizas en los Picos de Europa, realizó varias exposiciones y recibió varias de medallas y premios.
En 1911, se casó con Irene Narezo Dragoné, pintora también como él, de familia distinguida y con buena posición económica. Para favorecer la carrera del pintor, decidieron trasladarse a vivir en París, donde se instalan en 1916. En París consiguió un gran éxito de ventas y recibió numerosos encargos de personajes ilustres de Estados Unidos, Bélgica, Italia y la India. Participó en diversas muestras y exposiciones. Beltrán Massés realizó muchas exposiciones en la capital francesa y muy pronto su obra fue reconocida y admirada.
En 1920, la XII Bienal de Venecia le dedica a su obra una sala completa de grandes dimensiones. Esta exposición tiene un gran impacto tanto en el mundo artístico del momento, como en la propia obra de Beltrán, ya que a partir de aquel momento incorporó a los fondos de sus retratos escenarios venecianos. La arquitectura y las aguas de la ciudad se convirtieron en fuente de inspiración simbólica para sus cuadros. En 1946 abandona París y regresa a Barcelona, donde falleció en 1949.